Querido docente, hoy abordaremos un tema muy importante: cómo podemos realizar acciones y actividades que nos ayuden a sentirnos bien con nosotros mismos y también a hacer que nuestra comunidad sea un lugar más feliz y saludable. En educación física, no solo se trata de jugar o hacer ejercicio, sino de entender que nuestras acciones pueden tener un impacto positivo en nuestras emociones y en las personas que nos rodean.
Podemos pensar en el bienestar personal como esa sensación de alegría, tranquilidad y energía que sentimos cuando estamos en paz con nuestro cuerpo y nuestra mente. Cuando hacemos actividades que nos gustan, como saltar, correr o jugar con amigos, estamos promoviendo nuestro bienestar. Pero también es importante que nuestras acciones beneficien a otros, creando un ambiente de respeto, ayuda y colaboración, lo que llamamos bienestar comunitario.
Una forma sencilla de entender esto es imaginar que nuestro cuerpo y nuestra comunidad son como un jardín. Si cuidamos nuestro cuerpo con ejercicio y buena alimentación, y cuidamos a los demás con respeto y ayuda, ese jardín crecerá hermoso, lleno de flores y frutos. Pero si solo pensamos en nosotros mismos y no ayudamos a los demás, ese jardín puede llenarse de malas hierbas y no estar tan bonito. Por eso, las acciones que promovemos deben ser como semillas buenas, que crecen en bienestar para todos.
En educación física, podemos realizar acciones como jugar en equipo, ayudar a un amigo que necesita apoyo, compartir nuestros juguetes o simplemente sonreír y decir palabras amables. Estas acciones no requieren mucho esfuerzo, pero sí mucha voluntad y corazón. Además, al hacerlas, nos sentimos mejor, más felices y contribuyamos a que nuestra escuela, nuestro barrio o nuestro hogar sea un lugar más amigable y agradable para todos.
Es importante que los niños comprendan que cada pequeña acción cuenta, y que todos podemos ser protagonistas de un cambio positivo en nuestra comunidad. La actividad física y el movimiento se convierten así en herramientas para fortalecer tanto nuestro bienestar personal como el colectivo. La clave está en ser conscientes de nuestras acciones, en tener empatía y en buscar siempre formas creativas y divertidas de colaborar y cuidar a los demás.
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