El movimiento de la Tierra es un tema muy interesante y fundamental para entender cómo funciona nuestro planeta y por qué suceden cosas que vemos todos los días, como el día y la noche, las estaciones del año y los diferentes climas en distintas partes del mundo. La Tierra no está quieta, sino que está en constante movimiento en el espacio. Uno de los movimientos más importantes es la rotación: la Tierra gira sobre su propio eje, que es como una línea imaginaria que pasa por el centro del planeta de arriba hacia abajo. Esta rotación dura aproximadamente 24 horas y es la causa de que tengamos día y noche.
Otro movimiento importante es la traslación, que es cuando la Tierra gira alrededor del Sol en una trayectoria llamada órbita. Este recorrido completo dura aproximadamente 365 días y 6 horas, lo que conocemos como un año. Gracias a este movimiento, las diferentes zonas del planeta reciben distintas cantidades de luz solar en distintas épocas del año, lo que genera las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Podemos imaginar la Tierra como un patinador que gira sobre un eje y también da vueltas alrededor de una lámpara grande (el Sol). La inclinación del eje terrestre, que no está completamente recto, también influye en las estaciones y en los cambios climáticos que experimentamos.
Es muy importante entender estos movimientos porque nos ayudan a comprender fenómenos naturales, como las mareas, los cambios en el clima y las horas del día. Además, conocer cómo la Tierra se mueve en el espacio nos acerca a entender nuestro lugar en el universo, que es muy grande y lleno de misterios. Para hacer más visual esto, podemos usar ejemplos cotidianos: la rueda de una bicicleta que gira, un trompo que da vueltas, o la forma en que el sol parece moverse en el cielo a lo largo del día.
Para que los niños puedan comprender estos conceptos, es útil usar actividades prácticas, como rotar una pelota para simular la Tierra girando sobre su eje, o hacer un recorrido en el patio para imaginar cómo la Tierra gira en su órbita. También podemos relacionar estos movimientos con situaciones cercanas a su vida diaria, como las horas en que sale el sol, cómo cambian las sombras o por qué en algunos lugares hace frío y en otros hace calor en diferentes épocas del año. La clave es hacer que el aprendizaje sea divertido, visual y cercano a su experiencia.