En esta etapa de la educación primaria, es importante presentar los conceptos de ácidos y bases de manera sencilla, visual y con ejemplos cercanos a la vida diaria. Los ácidos y las bases son tipos de sustancias que podemos encontrar en diferentes objetos y alimentos que usamos a diario, y entenderlos nos ayuda a comprender mejor cómo funciona el mundo que nos rodea.
Podemos imaginar los ácidos como sustancias que suelen tener un sabor agrio, como el limón o la naranja. Ellos también pueden hacer que ciertos objetos cambien o se "transformen", por ejemplo, cuando el vinagre hace que las manzanas se vuelvan más blandas. Las bases, por otro lado, suelen tener un sabor amargo y una textura un poco resbalosa, como el jabón. Esto nos ayuda a distinguir entre unos y otros en la vida cotidiana.
Una forma sencilla de explicarles qué pasa a nivel científico es decir que los ácidos tienen "ácido" en su nombre por su sabor y características químicas, y las bases tienen "base" porque en su estructura tienen algo que las hace distintas y que reaccionan diferente. Cuando mezclamos un ácido con una base, pueden reaccionar y producir algo nuevo, como cuando se combina bicarbonato y vinagre para hacer burbujas. Esto se llama una reacción química y es muy interesante porque nos muestra cómo cambian las sustancias cuando se mezclan.
Es importante también que los niños entiendan que en la naturaleza y en la vida diaria, existen muchas sustancias que son ácidas o básicas, y que estas propiedades nos ayudan a identificar y entender mejor los objetos. Además, en química, usamos una herramienta llamada "pH" para medir si una sustancia es más ácida o más básica. El pH es como una regla que nos dice qué tan ácido o básico es un líquido, con una escala del 1 al 14, donde los números bajos indican acidez y los números altos indican bases. En el aula, podemos hacer pruebas con papel de pH para que los niños vean cómo funciona.
Por último, es fundamental que los niños aprendan que aunque algunos ácidos y bases pueden ser peligrosos si no los usamos con cuidado, en la vida cotidiana y en la naturaleza, muchas de estas sustancias son inofensivas y nos ayudan en tareas diarias, como limpiar, cocinar o cuidar plantas. La clave está en conocer sus propiedades y usarlas con respeto y cuidado.